viernes, 4 de junio de 2010

Queme tu fotografía


Lo que para mi era tan fácil de comprender, para vos era imposible. Perdimos el rumbo como pájaros ciegos buscando su bandada. Vos hacia el norte, yo hacia el sur. En la frialdad del crepúsculo invernal, por fin comprendo la distancia que nos aparta. Bajan mis defensas mientras observo cómo el azúcar se diluye entre las hierbas del te casero. Mis ojos danzando al movimiento de la cucharita que viene y va, en un ritual circular que pareciera no acabar. Y el aroma a boldo serrano emanando de la taza de porcelana me sensibiliza hasta hacerme caer una lágrima.

Ya no queda ninguna pertenencia tuya acá. Aire renovado, pero helado…

Tu figura en cada hueco de mi casa. Te veo pasar y desvanecerte entre las cortinas. El perfume de tu piel adosado a mis narices donde sea que vaya. Tu canción favorita en el parlante. El sonido de tu caminar tan particular me desespera…

Abstracciones perversas, ojala desaparezcan pronto…

El conjuro de un amor que jamás llegó a buen puerto. Un camino que intentamos recorrer juntos, pero terminó tornándose interminable. Una rosa en la adversidad que muere de tristeza. Y una película…nuestra película, que no presentó final feliz. Me quedo sentado contemplando el suelo sin noción del tiempo. El boldo se enfría en mis manos.

No siempre lo que queremos es lo que necesitamos en realidad…

Cuando las cosas salen del alma, van hacia el alma. Los besos no deben ser un compromiso, acrisolan demasiadas emociones. Si las miradas ya no se encuentran, no queda mucho por hacer. De rodillas frente al portarretratos, le tomo fuertemente la mano a la resignación. Y asumo que a partir de ahora mi vida muta considerablemente. Aprendo, entre otras cosas, a no volver a confiar en la eternidad. No estamos diseñados para pensar o sentir lo infinito. Lo que creía eterno, hoy solo era cómplice de algún que otro recuerdo placentero.

Fósforo en mano, las ganas de sacarte por siempre de acá. Y liberarme…

Quemo tu fotografía, el humo denso y oscuro se desvanece en el ambiente. Se va consumiendo…segundo a segundo… huele a infierno. Tu rostro devorado por las llamas potentes e infernales de un fuego rebelde que se apodera de cada detalle de la imagen. Los recuerdos también queman. Me quema el alma. Destellos de lo que fuimos alguna vez.

Silencio absoluto. Hacia mucho que necesitaba concebir el silencio…


El boldo esta congelado ya.