lunes, 17 de octubre de 2016

De la noche a la mañana








Retumban los últimos acordes de nuestra canción. Aquí llega el final. Sin música ya no queda melodía por cantar. Esta noche será catártica.

 La luna, cómplice de nuestro vínculo, se posa perfectamente sobre mi ventana atisbando el fin. Con su brillo obtengo la fuerza que necesito para decir adiós. Allí colgando en medio de la nada, esfera perfectamente tallada que se esfuma hasta el olvido,  danza sigilosamente hacia un horizonte cruel que la hará desaparecer al llegar el alba. 

Y con su aniquilación, tu te irás también. Esta noche será catártica. Como un sepulturero impaciente, dejaré sellado bajo tierra todo lo que alguna vez quisimos ser. Los gusanos se encargarán de engullir cada palabra pronunciada, cada sonrisa, cada momento consumado. Sobre ese césped virgen dejaré la semilla para que crezca un nuevo amor. Mañana con la luz de la aurora, todo quedará oculto y destinado a una amnesia eterna.

Con el amanecer se renovarán mis energías. Cada rayo de sol sobre los árboles, cada canto silvestre de algún jilguero enamorado, cada gota de rocío evaporada, presagiarán un desenlace de olvido y desmemoria. La bisagra que divide el pasado del futuro reducida a una sola noche. En tan solo horas me espera un devenir promisorio, colmado de nuevas posibilidades. Un terreno fértil de esperanzas.



De la noche a la mañana decido terminar con tu persona. Esto es un acto de letal exterminación. No recordaré siquiera el color de tu voz, ni el reflejo de mis ojos posando sobre tu mirada. Como un chubasco que borra cualquier registro de huellas sobre la arena, como un vendabal que destruye un castillo de naipes, como una goma sobre papel y lápiz, no quedará nada por rememorar. No más  añoranzas inútiles. No más resabio amargo de melancolía.


De la noche a la mañana me propongo empezar de cero. Esta noche, la última de todas, camino alrededor de tu ataud. Sobre la madera dejo caer la última lágrima. Se evapora hasta no dejar rastro. Para el amanecer , como flor marchita, ya simplemente no serás más. Como un dormitar interminable. como un fallecimiento imperecedero. De la noche a la mañana, ni un recuerdo serás.