jueves, 27 de mayo de 2010

Prado de verano



Quisiera contarte una infidencia. Algo que muy poca gente sabe de mí. Quiero contártelo… Hay un prado de verano, donde suelo ir a jugar. Quisiera que vengas. El verde intenso y la verdadera verdad pasean en su silueta. Si vienes conmigo lo podrás comprobar. Te quitaría los zapatos y andaríamos descalzos para sentir la aspereza del pasto vivo. Y como un rompecabezas ideal, nuestros brazos abiertos encajarían perfectamente para convertirnos en una sola pieza.

Mis ropajes lucen mas coloridos que nunca. Y mi cabello en el sol se siente impecable. No más complejos. Quisiera que vengas. Bailaríamos dulces acordes debajo de un ancho y estrecho cielo celeste. Hasta perdernos en nuestras miradas. Luego podrías apoyar tu cabeza sobre mi pecho hasta dormirte. Yo te cuidaría mientras le rogaria al sol por un brillo interminable. Solo en ese entonces podría asegurarte que tendría todo lo que alguna vez anhele. La calidez y la quietud de sabernos en el paraíso.

Los niños cantan alrededor de las aves. Conocerías el horizonte. Aquella línea inalcanzable que une el paraíso con la tierra. Allí donde el sol sale, se esconde y los cielos cambian su tonalidad. Sentiríamos la brisa de un viento gentil sobre el vello de nuestros cuerpos acariciarnos tiernamente. Y el aroma del rocío sobre la tierra mojada. Quisiera que vengas.

Las flores son más bellas que en ningún otro lado. En perfecto equilibrio con tu sonrisa. Te regalaría el ramo más precioso. Quisiera que vengas. Las rosas no tienen espinas y los pétalos se abren con cada sonido de la naturaleza. Las abejas van por su néctar en una danza sin igual. Si creías conocerlo todo…déjame sorprenderte solo una vez. Hay un prado de verano, donde suelo ir a jugar. Quisiera que vengas. Quisiera que vengas.
Quisiera que vengas…